Me gustaría volar felizmente
por el bello arco de mi sonrisa
avanzar despacio siempre sin prisa
y con mis alas viajar libremente.
Es difícil el camino pedroso
no es fácil sonreír a lo malo
aunque siempre caemos en lo calo,
y a veces resulta doloroso.
No morir en la oscura languidez
no entristecer ante el fracaso,
vivir sonriendo hasta la vejez.
Mi furioso fuego es mi tristeza
y de salida mi mejor sonrisa,
a la que tendré siempre con certeza.
Lucía Mingorance González.
Que aplauso más grande te has llevado en clase por este bello soneto...
ResponderEliminar