Se escuchaba el latir de tu corazón a cañonazos,
se escuchaban tus lágrimas cayendo de dos en dos,
se escuchaban las emociones dentro de un abrazo,
se escuchaba como dolía decir un simple "adiós".
El tiempo grita que debes de partir,
la tensión grita que debes llorar
siempre hemos querido fingir,
que no tendríamos una bonita amistad.
Siento que mi corazón recuerda el pasado,
que mi instinto me regaña por ser culpable
de no admitir que quien estaba a mi lado,
hizo que muchos momentos fueran memorables.
Soñando que siempre estaría a mi vera,
pensando que siempre he tenido la ocasión
de decir que valía más que la luz de la primavera,
y ocupaba un gran espacio en mi corazón.
Lucía Mingorance González.
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