mis pupilas se cerraban y mis piernas temblaban como el equilibrio en un trapecio.
El silencio iba armado con lanzas de susurros, viajando por el camino del viento apenas rudo ,
y valiente , sin miedo alguno.
Me enfrentaba a los dolorosos gritos del miedo , sin valentía ,
miedo por perder el privilegio de prescindir de simpatía.
Callado mi corazón por no querer expresar tristes sentimientos,
me aconsejaba mi instinto ;"Sé fuerte , no tengas miedo".
Intentando que la valentía no sea un sueño , sean hechos de la aveces injusta realidad,
si se lucha es por algo bonito , y porque se quiere de verdad.
Yo lucho por querer seguir caminando , yo le hablo al silencio ,
yo le digo que no es el único que no le teme al pánico ,
que todos podemos hacernos más fuertes y vencer el orgullo satánico.
Poco a poco voy ganando la guerra , aprendiendo de mis errores , aprendiendo del adversario ,
disfrutando de lo que aprendo , aprendiendo de lo extraño ,
ahora soy valiente , siento que soy fuerte ,
no por haber aprendido del silencio , sino porque mi corazón ya
no siente daño.
Mi alma ya no sufre , goza de alegría , con calma madurará ,
aprendo que no se necesita armadura para ganar ,
que con solo ser humilde , todo lo malo se fugará.
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Lucía Mingorance González.